Existen tantos tipos de abuso como de bastardosinmadres maltratadores e incluso de "simples" bestias desconsideradas. Ellos son los perpetradores, ergo, los responsables del crimen, legal o moral. Pero no los culpables, o al menos no los únicos culpables, ni los más.
La culpa y la vergüenza la llevan las víctimas, los sufridores, sí, y también los consentidores. Los peleles quasi-voluntarios -a efectos prácticos lo son-, tienen una carga psíquica y de conciencia aún mayor. Porque es tan ridículo, tan obvio y de cajón que hay que decir que no, hay que devolver la hostia y es tanto o más necesario pasar del mirar mal y quejarse, coño, nada más que quejarse y si hace falta discutir. No tolerar.
Sufrir, llevar con paciencia. Eso es lo que implica la tolerancia. Resistir ante las burlas, soportar las palizas o las faltas de respeto, los insultos amistosos denigrantes y menospreciativos.
Permitir ser el blanco te hunde en la miseria. Te sientes peor. Más aún de lo que el hijodemilputas debería sentir, si tuviese esa capacidad escondida en alguna parte.
Cuanto más inocente o informal pueda llegar a parecer, más te golpea donde más te duele. En el orgullo y, peor, en lo que ya no te queda, la dignidad. Por consentirlo, por no defenderte.
Te dejas robar de ti mismo y callas como en lo que tanto odias estar convirtiéndote. Callas como una puta.
La culpa y la vergüenza la llevan las víctimas, los sufridores, sí, y también los consentidores. Los peleles quasi-voluntarios -a efectos prácticos lo son-, tienen una carga psíquica y de conciencia aún mayor. Porque es tan ridículo, tan obvio y de cajón que hay que decir que no, hay que devolver la hostia y es tanto o más necesario pasar del mirar mal y quejarse, coño, nada más que quejarse y si hace falta discutir. No tolerar.
Sufrir, llevar con paciencia. Eso es lo que implica la tolerancia. Resistir ante las burlas, soportar las palizas o las faltas de respeto, los insultos amistosos denigrantes y menospreciativos.
Permitir ser el blanco te hunde en la miseria. Te sientes peor. Más aún de lo que el hijodemilputas debería sentir, si tuviese esa capacidad escondida en alguna parte.
Cuanto más inocente o informal pueda llegar a parecer, más te golpea donde más te duele. En el orgullo y, peor, en lo que ya no te queda, la dignidad. Por consentirlo, por no defenderte.
Te dejas robar de ti mismo y callas como en lo que tanto odias estar convirtiéndote. Callas como una puta.
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