miércoles, agosto 26, 2009

126. Estroboscópico

Publicado por Alba |

Inaceptable. Se siente bajo investigación, quizá porque intuye intensamente el desastre que sin duda se acerca.

No es cierto, se dice en voz alta, examinando su rostro pálido pastoso, en fuerte contraste con el nuevo tinte para cubrir todos esos pelitos blancos que ya no podía seguir ignorando un momento más.

Se lanza a la calle, recién duchado, afeitado y perfumado. Los vaqueros todoterreno y camiseta de las elegantes, de vestir. Suficientemente arreglado, pero casual. No hay que pasarse, que él no llegó a esta vida con más ínfulas que las de ser y ser todo lo relativamente libre que sea posible.

Hasta el aire que respira parece ralentizarse. Será el frío, elucubra. Pero así no hay quien coja el suficiente. Se siente a ahogar, a morir. No contaba con el refresque del fin de verano. Hunde las manos en los bolsillos de los vaqueros, sin pararse un segundo, mirando alrededor incrédulo.

Pensando en las cervezas que le esperan -no las primeras, pero las últimas siempre por compromiso-, se le revuelve la tortilla en el estómago. Piensa también en el tío con el que ha quedado. Que le gusta, claro que le gusta. Pero es que ya se siente idiota metiéndola donde pueda, sin más. Sin discriminación ni conocimiento. Por una cara bonita, por una onza de encanto. Aprieta el paso y se cree convencido, resuelto, de mantener el no.

Si tuviera que elegir una palabra, una sola, diría que esta noche se siente prototípico.

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