"¿Cómo he llegado a esto?", dice en voz alta, inyectándose hidrógeno líquido directamente al corazón, a la desesperada. Y se pregunta en qué momento se derrumbó y es que perdió completamente la cabeza. Se hace cruces. Retrocede e intenta recuperar la cordura. No es una tarea imposible, lo sabe. Pero teme no saber cómo seguir siendo la misma persona. El yo que siempre ha sido.
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