- Que no, de verdad, que no puedo beber. Tengo que conducir...
- Pamplinas, te bebes un par o dos conmigo y te vienes a casa y que le den al conducir.
- Ay, es que eso de dormir en casas ajenas no lo llevo yo muy bien.
- Pues nada, mujer, no te preocupes, que dormir no dormiremos.
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